martes, 22 de abril de 2008

sacame una foto

me gusta la gente. me gusta el mundo. me gustan los chicos. me gusta charlar. me gusta comer. me gusta fumar un cigarrillo. me gusta caminar. me gustan los colectivos y la letra que me toca en el boleto. me gusta la musica personalizada. me gusta mi mama. me gusta mi casa. me gusta aprender. me gusta pensar. me gustan mis zapatillas. me gusto yo. me gusta que se carguen las cosas. me gusta moverme. me gusta recostarme. me gusta lost. me gusta ir a terapia. me gusta cantar en inglés. me gustan los estimulos. me gusta ir de fiesta. me gusta que la gente se quiera. me gusta viajar en auto. me gustan la decisiones espontaneas. me gusta el futuro. me gusta el destino. me gusta sentirme dentro de un filme. me gusta ser optimista. me gusta llorar. me gustan los personajes llenos de tatuajes. me gustan los chicos que andan por la calle y por el subte. me gustan los abrazos. me gusta recibir mensajes de texto. me gustan los regalos. me gusta llegar casa cansada. me gusta que me tiren onda. me gusta mirarme al espejo. me gusta el amor. me gusta la belleza de la mujer. me gustan mis amigas. me gustan mis planes. me gustan los que me rodean. me gusta sentirme bien y feliz. me gusta mirar la vida emocionada con ganas de seguir acá adentro. y lo escribo todo para nunca olvidarme de que todo lo que me pone triste y enojada vale la pena cuando se tiene un día asi de hermoso.

sábado, 19 de abril de 2008

hola

yo soy la chica que va a once a comprar telas en Pesaj.

jueves, 17 de abril de 2008

la sensacion de esperar que prenda el celular

este es mi departamento de soltera. nadie tiene la llave más que yo. si me llego a quedar afuera me jodo para siempre porque jamás me atreveria a llamar a un cerrajero y mis papas van a estar ocupados acompañandome al baño de cualquier lado para llamarlo ellos. llego y camino a oscuras porque creo que lo conozco muy bien. entonces me choco todas las partes del cuerpo y algunos huesos hacen clac. se deforman un poco. pero no se quiebran. porque dios sabe que me encantaria tener un yeso entonces nunca me va a quebrar ni siquiera fisurar ni siquiera esguinsar. hace mucho que no veo alguien con yeso o con un pañuelo en el brazo. una vez vi una mujer con yeso en la nariz y una vez un compañero del jardin tenia yeso por los brazos y la espalda. pobrecito yo estaba un poco enamorada de el. ahi me di cuenta de que no era lindo tener un yeso.


hoy pienso en la gente unica en el mundo. recreo conversaciones en mi mente con un chico de norteamerica. yo intento hablar con su tono de peliculas, que me vuelve loca. es mentira porque me daria mucha verguenza hacer eso. ultimamente me pregunto si soy valiente. quiero confirmar que soy de la gente valiente. ahora tengo un pensamiento que es un secreto. es el siguiente pensamiento que lo guardo con candado. no escribo más porque los post largos no los lee la gente. me voy a pensar en la cama.

miércoles, 9 de abril de 2008

Vestido de gasa con piedritas

Qué estaba pensando cuando decidí comprar eso qué estaba pensando cuándo voy a usar ese vestido nunca me invitaron a ninguna fiesta y no estoy cómoda con vestido soy una mujer moderna siempre en pantalón y eso es ser moderna. Sí creo que sí eso es ser moderna hoy y siempre sin importar cuales sean las modas de la ropa. Qué hace una mujer moderna comprando esa clase de vestidos influenciada por quién por qué estaba sola cuando lo compré y sí estaba sola pero seguramente venía de encontrarme con alguien o de hablar por teléfono con alguien alguien cuya influencia negativa generó que fuera y gastara parte del dinero que hace tanto tiempo vengo ahorrando en ese vestido de gasa creo que nunca había tocado gasa ni piedritas brillantes lo admito tocar esas telas y ver esos colores fue una gran experiencia como viajar a otros países a otros momentos a otras posibles historias encuentros escaleras amores fracasos caídas rescates hombres levantándome bombones con menta licor nueces mazapán adentro en cajas doradas en cajas de mármol cajas en las que se reponen los bombones o bombones que siguen ahí desde la infancia de los nobles que viven en ese castillo todo eso al tocar ver oler esas telas esos vestidos al ver el local tan frío a la vendedora ella que parecía diseñada para estar ahí qué afortunada encontrar de esa forma un lugar en el mundo entre los aromas de los vestidos pero yo qué hacía ahí pagando por un vestido estuve a punto de no probármelo siquiera pero ella me convenció vió que tenía buena figura y que el vestido rosa de gasa y yo formábamos mejor pareja juntos que separados y así fue me lo probé y mi espalda con piedritas y transparencias me hizo todo eso mover todo el mundo que había formado hasta ese momento quién era yo para hacer esperar a ese vestido durante tantos años yo era para él y él para mí y así yo así tenía mi lugar en el mundo pero no soy como la vendedora yo pensaba que mi lugar en el mundo era otro junto a ese vestido los dos en cualquier lado todo sería posible todo a medida todo calzando como me calzaba el rosa en la cintura y entonces lo pagué en efectivo porque tenía efectivo siempre tengo efectivo para qué el efectivo sino para tenerlo allí conmigo a mi lado es que también quedo bien con el efectivo y así lo pagué y me costó esperar pero esperé a que lo envolvieran en un papel casi tan suave como el vestido y que usaran cinta rosa y después todo eso a una caja blanca y después todo eso a una bolsa impecable blanca y rosa me hacía acordar al cuarto que soñaba para mi hija cuando era una nena yo misma y quería todo rosa y todo blanco y todo perfecto lleno de cintas y simplemente tomé la bolsa y ya todo empezó a ponerse mal el esmalte corrido de mis uñas con esa bolsa y así me fui pensando en la sensación extraña que sentimos los que no solemos gastar demasiado dinero junto. Si hace solo 30 segundos era feliz moría por ese vestido nada me parecía más razonable que usar ese dinero que había ganado ni casas ni nada sólo ese vestido para siempre yo con ese vestido en cualquier escenario en el desierto en la calle en las casas en los baños públicos en el tren en el café en París en cualquier lado .
Tenía dos opciones sentirme mal o esperar a que me inviten a una boda.

viernes, 4 de abril de 2008

textos breves

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Chocaron sus manos, se guiñaron el ojo y se subieron a sus autos. Cada uno sacó una conclusión distinta pero escucharon la misma radio.

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Una mujer mareada vuelve a subirse a la montaña rusa. Piensa que fue ahí más que nada porque le parecen buenos los precios del restaurante, en relación con la calidad. Su espalda nunca estuvo tan derecha.

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Un grupo de plomeros se junta a jugar adivinanzas. Nadie se acuerda bien cómo fue que se conocieron.


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Mi peor amigo y yo nos queremos dar la oportunidad de cambiar la relación. Nos juntamos a escondidas del resto. Compartimos un cigarrillo. Nosotros no fumamos. ¿Creerían si digo que después los dos tuvimos mucho sueño?

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Cuando pide que le rasquen la espalda es un signo de que tiene confianza con esa persona. Qué extraño cuando te rascan y llevás puesto un sueter muy grueso. O cuando no podes delimitar dónde es que te pica exactamente.

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A tus hijos no les gusta lo que yo preparo. Son flacos y dañan su garganta permanentemente. ¿Cómo me doy cuenta de que eso te preocupa de verdad?

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Gente callada por tanto tiempo es el augurio de una traición o de una fiesta sorpresa.

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Un helicóptero desciende sobre un jardín a medianoche. La familia entera lo recibe en pijamas. Alguien fantasea con una guerra de agua. Qué bien que haya gente con esos pensamientos.

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Va de generación en generación. Pero no es contagiosa.

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Nápoles, Roma, Venecia, Milán, Pisa. Eran cinco, eran esas, eran en ese orden. Tengo cosas más íntimas para contar.

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